Mireia Mollà, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, visitó nuestra Escuela con motivo de nuestro 60 AniversarioEste mes de mayo se ha cumplido el primer año de su mandato, y en una situación como la que estamos pasando a causa de la crisis de la covid-19, la Consellera pone en valor al sector agroalimentario y destaca la labor de los ingenieros agrónomos en la sociedad.

 -Consellera, en mayo se ha cumplido el primer año de su mandato.¿Qué balance hace de este tiempo?

Es un momento complejo para hacer balance porque parece que la crisis sanitaria de la covid-19 lleve mucho tiempo instalada y hace aparecer una sensación de parálisis que no es real. No solo en este tiempo donde hemos puesto en marcha ayudas por encima de los 10 millones de euros para los sectores más afectados y hemos gestionado otros 115 dentro del trabajo continuo de la Conselleria, sino que desde que tomé posesión en mayo del año pasado hemos puesto en marcha medidas, estrategias y políticas importantes,he mantenido reuniones y encuentros con muchas entidades, agentes, plataformas… dentro de la voluntad de hacer política desde la coordinación, el consenso y la conjugación de intereses, sobre todo en una Conselleria como la de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica donde todas las áreas están interconectadas y cada una repercute en todas las demás.

Este primer año hemos conseguido algunos objetivos. Uno de los primeros fue que el  Consell aprobara la declaración de Emergencia Climática en la Comunitat Valenciana; una declaración necesaria, que va en consonancia con las exigencias europeas hacia una transición ecológica y que estoy convencida de que será uno de las grandes revoluciones de nuestro tiempo y uno de los grandes desafíos para conseguir la justicia social. Para adelantarnos, para anticiparnos en las medidas de adaptación y mitigación, antes de final de año ya empezamos a  trabajar en la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, cuyo borrador presentaremos a finales de mayo con la convicción de que la nueva normalidad debe ser la de la transición ecológica decidida.

A la lucha contra el cambio climático quiero añadir el diálogo constante con las organizaciones y entidades del sector agrario y de la industria agroalimentaria. La crisis de la covid-19  ha evidenciado algunas cuestiones y una de las más importantes es la condición imprescindible, indispensable, esencial de la producción agroalimentaria. Y por tanto, la necesidad imprescindible, indispensable y esencial de buscar soluciones que garanticen la vida digna en el campo.

Con ese espíritu, desde la Conselleria hemos mantenido reuniones con todo el sector. He reclamado medidas al Ministerio en todas las conferencias sectoriales para proteger al sector ante la competencia desleal, para reducir las cargas, para negociar firmemente en Europa. Hemos retomado las sinergias con otras regiones mediterráneas en Bruselas para ampliar las ayudas, para defender una política europea que recupere la preferencia comunitaria y  para negociar una nueva PAC que tenga en cuenta la perspectiva y las particularidades de la agricultura mediterránea.

-¿Qué área le está resultando más gratificante gestionar?

Todas las áreas conllevan una amplia responsabilidad porque tienen un impacto directo en la vida de las personas: la soberanía alimentaria, las estrategias contra el despoblamiento, el futuro del sector primario, la protección del medio ambiente, la lucha contra el calentamiento global, las políticas energéticas, la economía circular, la garantía de los recursos…todas tienen importantes consecuencias.
Esa es la gratificación, introducir cambios que mejoren el día a día de la gente y, por supuesto, también el reto.

-¿Cuál es la contribución que un ingeniero agrónomo puede hacer a la sociedad, en un momento como el actual con la crisis del coronavirus?

Durante la actual crisis se ha puesto de manifiesto la importancia del sector primario de agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, del sector pesquero y de todas las personas que trabajan en las industrias agroalimentarias.
Una idea a la que suelo referirme es a la de la alimentación como un derecho fundamental básico, que convierte la producción de materias primas y su transformación en un servicio público que jamás puede pasar de moda porque está en el trasfondo de la existencia humana.
En ese marco de carácter imprescindible de nuestro sector primario, es esencial la formación y la contribución de los ingenieros agrónomos, como profesionales y agentes activos en la gestión de la producción de alimentos, en el desarrollo y aplicación de la ciencia y la tecnología para la producción agrícola y ganadera, en la protección y planificación del medio natural y forestal, para investigar, innovar y poner en marcha herramientas y materiales que mejoren los procesos y la gestión de los recursos.

La Consellera participó en el acto conmemorativo del 60 Aniversario de la Escuela, en diciembre de 2019. En la foto, la vemos entre el rector de la UPV, Francisco J. Mora y el director de la Escuela, Alberto San Bautista, junto con todos los directores de la Escuela durante estos 60 años.

 

-Es momento de poner en valor el gran trabajo del sector agroalimentario. ¿Qué medidas se están tomando desde la Conselleria?

Como hemos comentado, el esfuerzo y el trabajo de las personas en la agricultura, en la ganadería y en la pesca han sido las facilitadoras, las posibilitadoras de que muchas otras hayan mantenido el confinamiento con garantías y con la seguridad de que el abastecimiento ni está ni ha estado nunca en peligro. Un pilar de estabilidad si pensamos en las colas y en las situaciones que se vivieron durante los primeros días desde la declaración del Estado de Alarma.

Desde la Conselleria somos conscientes de ese valor que hay que preservar y cuidar y cultivar, y también sabemos que hay cuestiones estructurales que hay que revertir. No puede ser que se venda por debajo del precio de producción, una situación que en cualquier otro sector sería impensable y no puede ser que las reglas del juego no sean las mismas, provocando desequilibros que afecten negativamente en nuestros productores.

Ante esto,hemos creado foros de diálogo y coordinación: la Mesa de la Producción Agraria (que se inauguró en febrero) y la Mesa de la PAC para defender una negociación favorable a nuestros intereses. En Europa hemos vuelto a los foros que agrupan a los territorios productores del Mediterráneo.

Además de las inversiones que hemos puesto en marcha: un 20% a las explotaciones agrarias, un 30% más a la figuras de calidad diferenciada, dos millones más a la contratación de seguros agrarios siendo de nuevo la Comunidad Autónoma que más aporta, hemos desarrollado campañas de promoción en los principales países de destino de nuestras importaciones, trabajamos ya en el II Plan Valenciano de Agricultura Ecológica, mantenemos íntegras las ayudas a los seguros agrarios, creamos el Consell de l’Horta, y apelamos también al compromiso del consumidor para apostar por los productos, frescos de temporada y de proximidad con la iniciativa Molt de Gust.

-¿Servirá esta crisis para concienciar a la sociedad de lo verdaderamente importante como la alimentación, la salud o el cuidado de la tierra que nos da de comer y el oxígeno para respirar?

Al margen de esta crisis creo que buena parte de la ciudadanía, sobre todo las nuevas generaciones, ya habían alcanzado cierta conciencia, derivada de otra importante crisis sobre nuestra salud como la climática, con el cuidado de la tierra, la soberanía alimentaria, la calidad del aire, la economía circular, la eficiencia, la gestión sostenible de los recursos, etc. Esa preocupación ya estaba presente de forma visible en la sociedad y puede que ahora cobre fuerza también entre todas aquellas personas que todavía no se habían sumado a ese cambio.

-No nos olvidemos, pues, de la importancia de problemas que ya estaban con nosotros antes del coronavirus, como el cambio climático, ¿en qué área queda todavía mucho por hacer y el trabajo de los ingenieros agrónomos puede ser de vital importancia?

Hemos hablado antes de la aportación a la crisis sanitaria, pero el trabajo de los ingenieros e ingenieras agrónomas también es pieza clave para hacer frente a la crisis climática. Sobre todo en un lugar como el Mediterráneo, epicentro de la emergencia climática.
Desde la Conselleria contamos con una Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Energía, con el Consejo Asesor y de Participación del Medio Ambiente y una Comisión de Políticas de Cambio Climático con grupos de trabajo porque somos conscientes de que son los profesionales y sus conocimientos los que deben analizar la situación y marcar, y marcarnos los pasos a seguir.
Los conocimientos de la ingenieria agronómica y sus profesionales son imprescindibles para alcanzar con éxito la transición agraria y señalar las iniciativas, por ejemplo, en eficiencia de las explotaciones, reducción del impacto ambiental o gestión sostenible de los recursos.

-El nombre de la Conselleria volvió a cambiar en esta legislatura. ¿Podría explicar brevemente el principal objetivo de cada una de las áreas: agricultura, desarrollo rural, emergencia climática y transición ecológica?
Incorporamos emergencia climática y transición ecológica por dos razones, en primer lugar por el carácter transversal de la lucha contra el cambio climático que interpela a muchas otras áreas a realizar una transición hacia el modelo sostenible, y en segundo lugar por el carácter de emergencia. Cambio climático se convirtió en un término común en el lenguaje pero que invisibilizaba o al menos no transmitía bien la urgencia, el ahora o nunca, ante la situación crítica en la que nos encontramos ya mismo y que exige tomar decisiones. Cada momento que se pierde en tomar decisiones de lucha frente a la emergencia climática, resulta irreversible. Cada decisión postergada implica perder la oportunidad porque no se puede actuar más adelante. Por eso era importante emplear una palabra como emergencia que define mejor en qué momento nos encontramos.

-Desde la Conselleria, ¿existe algún proyecto para impulsar el consumo de proximidad e impulsar  la huerta valenciana?

Una de las primeras medidas de la legislatura dentro de la Conselleria fue el arranque del Consell de l’Horta, el pasado mes de julio y que continua su andadura. En febrero ya nos reunimos en la sede de l’Alquería del Moro para acordar el I Plan de Desarrollo Agrario de la Huerta, con una serie de prioridades como la gestión de los bancos de tierras y precisamente la promoción de la agricultura de proximidad.
Un compromiso tangible para preservar 11.000 hectáreas de huerta y garantizar la supervivencia de este pulmón verde que es además seña de identidad como reconoció recientemente la declaración de la FAO de Patrimonio Agrícola Mundial.

-En cuanto al desarrollo rural, quizá ahora sea un buen momento para impulsar la vida en las zonas rurales y poner en valor esta forma de vida. ¿Hay algún proyecto al respecto en la Conselleria?
Nuestro principal proyecto es la dinamización y vertebración del territorio. Cuando hablamos de desarrollo rural hay una parte importante de gestión de programas europeos, herramientas indispensables para conseguir dos objetivos:   asentar población y construir tejido asociativo y productivo.
Las estrategias para hacer que se pueda vivir dignamente del campo son esenciales para favorecer el relevo generacional y que la agricultura se plantee como una oportunidad vital viable.
Todo esto teniendo en cuenta que la lucha contra la despoblación pasa por un impulso de los servicios y de las infraestructuras en el entorno rural, dotaciones sin las cuales se produce una inevitable expulsión de los habitantes del campo a la ciudad por la falta de recursos de todo tipo: asistenciales, educativos, de ocupación o de transporte.

-¿Qué mensaje mandaría a los estudiantes de nuestra Escuela para que sepan que han elegido bien y que la sociedad les necesita?
La formación en Ingeniería Agronómica y Medio Natural prepara a los profesionales, a los expertos que marcarán el camino en la lucha contra la emergencia climática, en la protección del entorno natural y forestal, en la profesionalización del sector agrario. Una serie de retos que son numerosos y que son vitales para conseguir un territorio sostenible.
Transiciones inaplazables que debe recorrer nuestra sociedad como la gestión agraria sostenible, el aprovechamiento de los recursos y la adaptación a los nuevos escenarios climáticos y que depende en buena parte de vosotros y vosotras.