Mes: julio 2021

Eva Samblas: “La Ingeniería Forestal permite a la sociedad beneficiarse de los productos forestales garantizando su conservación”

Eva Samblas, egresada del Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural de la EAMN UPV, ha conseguido hacer de su pasión por la naturaleza su profesión y actualmente está en Suiza participando en el proyecto WSL Drought & Beech.

Eva, que recibió Matrícula de Honor por su TFG, nos descubre en esta entrevista los grandes beneficios de la Ingeniería Forestal para la sociedad.

Eva, ¿por qué elegiste Ingeniería Forestal como profesión?

No escuché hablar de la Ingeniería Forestal hasta que no me puse a buscar Grados tras la selectividad. Siempre tuve bastante claro que quería estudiar algo relacionado con el medio ambiente y cuando encontré este Grado, me llamó bastante la atención el hecho de que abordara el estudio de la naturaleza desde un punto de vista más técnico y decidí matricularme.

La verdad, no me arrepiento de la decisión que tomé en ese momento. Aparte de haberme regalado grandes amistades, la carrera también cambió mi visión de la naturaleza. Antes pensaba que los bosques eran algo que no se debía tocar y ahora entiendo la gestión forestal como un elemento clave para garantizar la simbiosis entre las actividades humanas y la conservación del medio natural.

Eva Samblas junto con algunos compañeros del Grado en Ingeniería Forestal

¿Qué tu pasión sea tu profesión es sinónimo de felicidad?

Totalmente. Es una gran suerte el hecho de poder hacer lo que te gusta.

Una prueba de que tus estudios te apasionan es que recibiste Matrícula de Honor por tu TFG. ¿En qué consistía?

A grandes rasgos, consistió en un estudio sobre el efecto de diferentes técnicas de gestión selvícola en una masa de Pinus halepensis Mill. (situada en el término municipal de Ayora, València) en cuanto a crecimiento, estabilidad frente a perturbaciones y capacidad de regeneración.

 Los tratamientos en cuestión, que se llevaron a cabo en el año 2009 en el marco de otro TFG, fueron el huroneo diamétrico, la transformación a irregular, la clara baja débil y la clara por lo bajo fuerte. Así, diez años después, en mi TFG se analizó y comparó el efecto de estos primeros tratamientos, y se ejecutaron unas nuevas cortas siguiendo la misma metodología con el objetivo de consolidar conclusiones en el futuro. Además, aprovechando los daños que dos temporales de viento y nieve en los años 2010 y 2017 causaron en las parcelas de estudio, se pudo analizar la estabilidad frente a derribos para cada una de las intervenciones.

Fue muy gratificante realizar este TFG y, además, tuve la suerte de contar con la ayuda de dos, más que compañeros, amigos del Grado para la realización del trabajo de campo.

Eva Samblas realizando su TFG

También estuviste en Turquía realizando un proyecto y tuviste que estar retenida por el confinamiento. ¿Cómo recuerdas esta experiencia?

Sí, estuve participando en un proyecto de voluntariado con jóvenes y niños en Gaziantep, una ciudad al sur de Turquía. En un principio, mi estancia iba a ser solamente desde febrero a marzo, pero con la pandemia y el cierre de fronteras, no volví a casa hasta junio.

La situación en Turquía nunca llegó ser tan grave como en España y, si bien no era posible desplazarse a otras ciudades, nunca llegamos a estar realmente confinados. Además, tanto yo como el resto de voluntarios locales e internacionales siempre contamos con el apoyo de los trabajadores de la ONG y se podría incluso decir que llegamos a formar una pequeña familia. La verdad es que pienso que, dentro de la gravedad de la situación, tuve mucha suerte de pasar esos meses allí y estoy realmente agradecida por ello.

También participas en el proyecto WSL Drought & Beech, en Suiza. ¿En qué consiste?

Desde octubre del año pasado me encuentro en Zúrich haciendo unas prácticas en investigación forestal en el Swiss Federal Institute for Forest Snow and Landscape Research (WSL). En efecto, formo parte del proyecto “1000 Beech Trees”, que está centrado en estudiar el efecto a medio plazo de la sequía en los bosques de Fagus sylvatica L. del altiplano suizo.

El proyecto surgió a raíz de la sequía que tuvo lugar en el verano del 2018 y en la que las temperaturas extremas y las bajas precipitaciones dieron lugar a la decoloración y defoliación prematuras de los hayedos de la zona norte del país. Es un proyecto bastante amplio en el que se seleccionaron alrededor de mil árboles, evaluándose no solo el grado de daño por sequía, sino también otros factores como las condiciones edáficas, la presencia de plagas o patógenos o la influencia de antiguos periodos de sequía (mediante el análisis de los anillos de crecimiento).

Principalmente, he participado en el trabajo de campo, recolectando núcleos de los árboles por barrenado (y procesándolos posteriormente), tomando muestras de suelo o realizando la evaluación de la vitalidad de los árboles.

Eva Samblas en el proyecto WSL Drought & Beech

¿Y en tus estudios, en qué momento estás?

Me gradué en el Grado de Ingeniería Forestal y del Medio Natural en junio de 2019 pero, en vez de matricularme en un máster directamente, decidí tomarme un año de descanso para realizar prácticas en el extranjero y ganar más experiencia.

En un principio, tendría que haber empezado estas prácticas en la primavera de 2020, pero las tuvimos que aplazar varios meses por la pandemia. Actualmente, sigo en Suiza y estaré aquí hasta finales de septiembre. En octubre empezaré un Máster en Ecosistemas Terrestres y Gestión de la Biodiversidad en Barcelona.

Y a largo plazo, ¿cuál es tu mayor sueño profesional?

Si soy sincera, no tengo planes de futuro a largo plazo porque soy más de ir sobre la marcha, de ir aprovechando las oportunidades que me van saliendo y de ir decidiendo según van cambiando las circunstancias. Aun así, algo que tengo claro es que no me gustaría estar trabajando exclusivamente en una oficina, me gustaría tener un trabajo que me permitiera estar al aire libre.

¿Consideras la profesión de ingeniero/a forestal fundamental para la sociedad?

Sí, y ahora más que nunca. El objetivo principal de la ingeniería forestal es la gestión y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales teniendo en consideración tanto el aspecto económico, como el ambiental y el social.

 Afortunadamente, la sociedad está empezando a concienciarse sobre la importancia de proteger y cuidar el planeta. No obstante, para que el cambio sea lo suficientemente grande, la gente necesita entender que el monte no es solo un lugar donde poder desconectar y relajarse, sino que dispone de muchos productos y servicios que pueden ser aprovechados de forma sostenible. Solamente así se tendrá la motivación necesaria para protegerlos y conservarlos. Así, en este punto es donde entraría la ingeniería forestal, permitiendo a la sociedad beneficiarse de los productos forestales garantizando al mismo tiempo su conservación.

Por otra parte, la gestión forestal contribuye también al desarrollo rural (no hay que olvidar que es en las zonas rurales donde se cultiva y produce el alimento del mundo) y contribuye a la prevención de incendios forestales (algo especialmente importante en la zona mediterránea).

¿Recomiendas esta titulación a los y las jóvenes que están ahora decidiendo su futuro?

Pienso que es una profesión que tiene bastante futuro y la recomiendo a todos aquellos y aquellas que estén interesados, no solo en el medio natural, sino también en aprender sobre cómo encontrar el equilibrio entre la conservación de la naturaleza y su aprovechamiento.

Si no cuidamos de nuestra naturaleza, ¿qué puede pasar?

Toda la actividad humana depende directa o indirectamente de los servicios ecosistémicos, que son el conjunto de beneficios que la naturaleza aporta la sociedad.

De los ecosistemas obtenemos los alimentos, el agua, las materias primas para fabricar otros productos, energía o incluso recursos medicinales. Pero, además, servicios como la polinización, la fertilidad de los suelos, la calidad del agua o del aire, la biodiversidad o la amortiguación de fenómenos climáticos extremos son necesarios para llevar a cabo actividades como la agricultura o la ganadería y, en general, son necesarios para nuestro bienestar.

En definitiva, los seres humanos somos parte de la naturaleza y, por lo tanto, dependemos completamente de ella para nuestra supervivencia.

Finalmente, ¿cuál es el mayor beneficio que nos aportan los montes y la importancia de cuidarlos y respetarlos?

Como he comentado antes, los bosques nos aportan infinidad de beneficios y considero que todos ellos son igual de importantes. Desde la función de regulación del ciclo del agua y de fijación del suelo a su capacidad de actuar como sumideros de carbono (algo vital en la lucha contra el cambio climático) o como reservas de biodiversidad, sin dejar de lado su papel como productores de materias primas naturales o las actividades recreativas.

Todos ellos son servicios cruciales y, para garantizarlos, es necesario cuidar, proteger y gestionar de forma sostenible los montes.

Iván Alarcón: «Lo mejor de la Biotecnología es que puedes mejorar la vida de las personas»

Iván Alarcón es egresado de la Escuela del Grado en Biotecnología y ocupa la cuarta posición del Ranking SEDEA, lo que significa que es el cuarto mejor estudiante de esta disciplina en nuestro país.

A sus 22 años, es investigador en el  Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid, además de seguir colaborando con el Laboratorio de Biología Sintética de la Universitat Politècnica de València (UPV).

En esta entrevista, hemos hablado con Iván Alarcón acerca de su trayectoria, su pasión por la Biotecnología y su futuro en esta disciplina.

Iván, en primer lugar, enhorabuena por esta cuarta posición en el ranking SEDEA. ¿Qué supone para ti?

Supone un gran reconocimiento a todo el esfuerzo realizado durante todos estos años. Pero, sobre todo, creo que es un reconocimiento a toda esa gente que me ha apoyado durante todo el camino y que son los que lo han hecho posible. Hablo de mi familia, de mis amigos, de todos los profesores y compañeros y de los investigadores con los que me he formado, destacando a los del laboratorio de Biología Sintética de la UPV.

¿De dónde te viene la pasión por la Biotecnología? ¿Cómo descubriste que querías dedicarte a ella profesionalmente?

Desde muy pequeño tuve claro que quería dedicarme a la investigación en biomedicina, aunque por aquel entonces no tenía ni idea de lo que esa palabra significaba. Siempre quise dedicar mi vida a ayudar a los demás y esta profesión te ofrece la maravillosa oportunidad de desentrañar los misterios de las enfermedades y velar por la salud de muchísimas personas.

Pero a la investigación se puede llegar desde muchas carreras como Medicina, Bioquímica, Biología,… Fue en el año 2014, durante una clase de 4º de la ESO, cuando escuché por primera vez la palabra ‘Biotecnología’ y durante la siguiente hora atendí embelesado a la profesora hablar de la biotecnología como algo futurista, esperanzador y revolucionario. Unos años después me estaba matriculando en el Grado en Biotecnología en la UPV.

Con solo 22 años, tras graduarte en Biotecnología en nuestra Escuela, trabajas ya en el Centro Nacional de Investigadores Cardiovasculares. ¿Qué trabajo realizas en este centro?

Así es. Trabajar en este centro supone una grandísima oportunidad profesional y personal. Aquí estamos investigando sobre enfermedades cardiovasculares, sobre todo aneurisma. Tratamos de identificar nuevos biomarcadores o ‘señales’ que nos permitan diagnosticar las enfermedades lo más pronto posible; y también identificar dianas moleculares que posibiliten el desarrollo de nuevos tratamientos para estas patologías.

También sigues colaborando con la UPV. ¿Qué investigación estás llevando a cabo con el Laboratorio de Biología Sintética?

Durante tres años he estado trabajando y colaborando con el Laboratorio de Biología Sintética y Control de Biosistemas de la UPV, integrado, entre otros, por los Drs. Jesús Picó, Alejandro Vignoni y Yadira Boada.

Durante estos años hemos trabajado en la caracterización de partes biológicas, modelado, implementación biológica e identificación multi-objetivo; y en el control de la expresión génica y la variabilidad y heterogeneidad en poblaciones celulares.

Desde hace aproximadamente dos años nos hemos lanzado al desarrollo de terapias antitumorales basadas en el diseño de bacterias sintéticas inteligentes capaces de identificar y atacar a las células tumorales. Es una estrategia muy novedosa pero que sin duda tendrá mucha repercusión en la oncología del futuro.

¿Qué crees que puede aportar la Biotecnología a la sociedad?

Lo que puede aportar y lo que ha aportado. La Biotecnología está por todas partes, aunque no seamos conscientes: en la biorremediación, en la arquitectura, en los combustibles, en la resolución de crímenes y en la medicina, por mencionar solo unos ejemplos.

Pero, sobre todo, destacaría su potencial futuro. Los tratamientos que ahora se están desarrollando en los laboratorios llegarán a la práctica clínica en 15 o 20 años y supondrán una auténtica revolución. Ya estamos viviendo los inicios de esa nueva edad dorada de la medicina, con el desarrollo, por ejemplo, de las inmunoterapias contra el cáncer basadas en linfocitos CAR-T o de la terapia celular en la medicina regenerativa.

¿Cuál quieres que sea tu aportación a la sociedad a través de tu profesión?

Mejorar la vida de las personas. Creo que es lo mejor que tiene esta profesión. Quizás en el día a día no somos tan conscientes, pero cuando te paras a pensar en la gran influencia que tu trabajo puede tener en la vida de los demás, que cada minuto en el laboratorio puede traducirse en salvar una vida… te das cuenta de la gran responsabilidad que tenemos los investigadores y de lo afortunados que somos.

Eres muy joven y te queda mucho camino, pero ¿cuál sería tu sueño en materia profesional?

Si me hubieses hecho esta pregunta aquel lejano día de 2014 en que descubrí qué era la Biotecnología, sin duda te habría respondido que mi sueño sería llegar a trabajar en un centro de investigación en biomedicina. Por suerte, hoy estoy cumpliendo ese sueño y es un buen momento para fijar nuevos objetivos y retos.

A largo plazo, mi sueño sería poder establecerme como profesor de universidad en España y poder dirigir mi grupo de investigación aunando los diferentes campos de la ciencia en los que he trabajado hasta ahora: la biología sintética y la biomedicina.

Ojalá mi trabajo pueda traducirse en nuevo conocimiento, terapias o sistemas de diagnóstico que contribuyan a que las enfermedades de la actualidad no supongan un problema en el futuro.

¿Crees que la Biotecnología es una profesión de futuro?

Totalmente. Como he mencionado antes, la Biotecnología tiene mucho potencial. Cuando miramos lo que se estaba haciendo a principios de este siglo, vemos que es casi arcaico en comparación con lo que hacemos en 2021, y solo han pasado 20 años. Por ejemplo, secuenciar el primer genoma humano en 2003 costó 3.000 millones de dólares y 10 años de trabajo de cientos de investigadores. En la actualidad, secuenciar el genoma de una persona cuesta menos de 1.000 dólares y solo necesita unas horas.

Además, hace un tiempo hubiera sido imposible desarrollar una vacuna en un año. En el caso del coronavirus, se consiguió secuenciar su genoma en pocos meses y en algo más de un año se han aprobado más de 10 vacunas en todo el mundo, y otras muchas como la del CSIC que están en desarrollo.

¿Qué consejo puedes dar a los estudiantes que están ahora cursando el Grado en la Escuela?

Que se conviertan en los directores de su propio proceso educativo, que no sean meros espectadores dedicados a absorber la lección y obtener una buena nota en un examen. Y sobre todo que se muevan, que busquen actividades complementarias más allá de las clases y que se integren en un laboratorio lo más pronto posible.

Es allí donde van a aprender la realidad del mundo científico y donde, probablemente, descubran su verdadera pasión. Y sobre todo que se muevan impulsados por lo que les hace realmente felices, no por lo que nadie espere de ellos o por las expectativas de un buen sueldo o un puesto fijo.

Iván, salta a la vista que tienes por delante un futuro prometedor, pero en cuanto a tu paso por la Escuela, ¿cómo lo recuerdas? Como alumno y compañero, ¿qué te llevas de la EAMN y de la UPV?

Recuerdo con mucha nostalgia los cuatro años que he pasado en la UPV y en la EAMN. La calidad docente del Grado en Biotecnología es enorme. Creo que la gran mayoría de nuestros profesores pone el alma en cada una de sus clases y saben transmitir su pasión por la ciencia.

Además, siempre tienen un buen consejo con el que guiarte en esta profesión. Mapi López, Lynne Yenush, Eloisa Jantus, José Ramón Murguía, Ibo Galindo … son tantos los profesores a los que estoy agradecido que sería imposible mencionarlos a todos.

Dicen que las amistades de la universidad son para siempre. ¿Crees que será ese tu caso?

Creo que es lo mejor que me llevo de mi paso por la universidad. He conocido a personas maravillosas que sin ninguna duda me van a acompañar el resto de mi vida. Aprovecho para dar otro consejo a los nuevos estudiantes: aprovechad cada instante como si fuese el último y permitíos conocer a tanta gente como podáis.

Recuerdo los nervios de aquellos primeros días al ver tanta gente nueva, pero jamás imaginé que se fueran a convertir en una parte tan importante de mi vida. Déjame unas líneas para mencionarlos: Javi, Raquel, la otra Raquel, Ana, la otra Ana (Esther), Carmen, Belén, Celia, Samuel y Andrea. Han sido (y lo siguen siendo) unos compañeros de viaje excelentes.

Y un mensaje final. Sin Biotecnología, no hay…

Pasado, presente ni futuro. No hay pasado, porque es la base de los procesos agrícolas que han permitido el desarrollo del hombre desde el neolítico hasta la actualidad.

No hay presente, porque encontramos Biotecnología en todos los ámbitos de la sociedad moderna (alimentación, ropa, edificios, transportes, salud, …).

E indudablemente, sin Biotecnología no hay futuro, porque tiene todo su potencial por descubrir y será una revolución en muchos aspectos, pero sobre todo en la medicina y en la salud pública.

Bernardo Pascual: «La Cátedra Clau-Idea pone en contacto al estudiante con el mundo profesional»

La Càtedra D’Innovació i Recerca Clau-Idea (Alzira) se creó en diciembre de 2020 con el principal objetivo de potenciar al sector agrícola y empresarial de la comarca de la Ribera con actividades desarrolladas desde la Universidad.

El profesor de la EAMN, Bernardo Pascual, director de esta Cátedra de Empresa, nos cuenta los planes de futuro y las ventajas que ofrece a nuestros estudiantes.

Bernardo, ¿cuál es tu principal objetivo como director de la Cátedra Clau-Idea?

En primer lugar, analizar las diferentes causas del abandono del cultivo en una importante superficie, tanto del término municipal, como de la comarca, para después intentar aportar posibles soluciones para su reversión.

Por otra parte, dar soporte al sector agroindustrial para su asentamiento y evitar la deslocalización del mismo.

En vuestra corta andadura habéis llevado a cabo la jornada Estat de la Sanitat Vegetal en el Caqui, que tuvo mucho éxito de público. ¿Cuál fue el motivo del éxito de esta jornada?

En primer lugar, el interés del tema, que es de rabiosa actualidad. En segundo lugar, la enorme difusión del mismo, por lo que quiero manifestar mi agradecimiento a todas las personas que de una manera anónima han realizado un enorme trabajo en la preparación del acto, así como en la difusión del mismo, y en la preparación de la página web.

¿Qué otras actividades de divulgación y formación se han organizado desde la Cátedra en 2021?

De forma genérica, se han llevado a cabo jornadas de divulgación técnica y tecnológica, la promoción de acontecimientos científicos y técnicos, la edición de publicaciones, la colaboración en el diseño y la impartición de programas de formación permanente, visitas a empresas, realización de prácticas en empresas, becas de colaboración, premios a trabajos fin de grado y de máster…

La Cátedra Calu-Idea organizó la jornada Estat de la Sanitat Vegetal en el Caqui en el mes de junio

La Cátedra también tiene como objetivo la realización de prácticas en empresas y convocatoria de becas. En este sentido, ¿vais a poder ofrecer alguna acción a los alumnos?

Efectivamente, espero poder conseguir prácticas de estudiantes de la EAMN  en empresas, una convocatoria de premios a trabajos fin de grado y de máster, y becas de colaboración para la realización de trabajos de interés para el sector.

Por supuesto, todas las jornadas y acontecimientos a celebrar están abiertos a los estudiantes.

¿Qué aportan las cátedras a los estudiantes? ¿Son una puerta a su futuro profesional?

Con las acciones que he comentado anteriormente se pone en contacto a los estudiantes con las empresas que necesitan de técnicos egresados de la universidad, y es una realidad que en muchas ocasiones coinciden los intereses de las empresas y de los estudiantes, con lo que al finalizar sus estudios, se quedan a trabajar en la empresa.

¿Cuál es el principal reto del sector agrícola y empresarial de la Ribera?

Revertir la situación, incrementando la rentabilidad de la producción agrícola y asentar e incrementar en la medida de los posible, el tejido industrial.

 ¿Qué puede aportar la Escuela al sector?

Por una parte, estudios para analizar y proponer soluciones a la problemática actual, y por otra, técnicos competentes, con una elevada formación científica y técnica, y al mismo tiempo con conocimientos prácticos de la situación que, sin duda, aportarán soluciones a las problemáticas que vayan apareciendo.

¿Y el sector a la universidad y a la Escuela en concreto?

Que los estudiantes de la Escuela estén en contacto directo con la realidad, a través de visitas, prácticas en empresas, formándose a través de la realización de estudios que analicen y propongan soluciones.

Para finalizar, sin un sector agroalimentario exitoso, no hay…

Desarrollo, ni futuro.

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