El profesor de la Escuela, Raúl Compés, se encuentra en la actualidad ejerciendo como director del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM) en Zaragoza, uno de los cuatro del CIHEAM, junto con los de Bari (Italia), Montpellier (Francia) y Chania (Grecia).
El CIHEAM es una organización cuya misión es la cooperación al desarrollo agroalimentario, pesquero, forestal y del medio rural de los países mediterráneos.
El CIHEAM Zaragoza cuenta con una sólida experiencia en formación de posgrado, investigación científica y cooperación internacional en las áreas de especialización de Producción Vegetal, Producción Animal, Medio Ambiente, Pesca y Acuicultura y Ciencia, Tecnología y Marketing de Alimentos.
Hemos hablado con el profesor Compés para saber cuáles son sus tareas profesionales y todo los que el CIHEAM Zaragoza puede ofrecer a los ingenieros agrónomos y a los países del Mediterráneo.
Raúl, en enero de 2021 comenzaste como director del CIHEAM Zaragoza. ¿Cómo fuiste seleccionado para este cargo?
El proceso de selección fue liderado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España y constó en una primera fase de 4 pruebas: a) evaluación de CV, b) carta de motivación, c) entrevista personal por una Comisión de selección y d) entrevista con el Ministro de Agricultura español, D. Luis Planas.
Posteriormente, en una segunda fase, y como candidato elegido en la primera parte del proceso, fui validado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, quién elevó mi propuesta de nombramiento a la sede del CIHEAM en París.
Finalmente, el Consejo de Gobierno de la organización, en el que están representados los 13 Estados miembros, dio su beneplácito a esta propuesta, ya que los directores de los cuatro institutos del Centro forman parte de la Secretaría General de la organización.
¿Cuáles son los objetivos del CIHEAM?
Sus principales objetivos son contribuir a la creación de capital humano en los países miembros por medio de la formación, promover el crecimiento por medio de la transferencia y la aplicación de conocimiento y, en los últimos, participar en la creación de capacidades y el diálogo político para un modelo sostenible.
¿Cuáles son las funciones que desempeñas tú como director del CIHEAM Zaragoza para conseguir esos objetivos?
En el CIHEAM Zaragoza se realizan actividades de formación, investigación y asistencia al desarrollo. Además de dirigir estas actividades, como director debo atender las necesidades de la organización y de las administraciones españolas que apoyan y tutelan el instituto. Esto abarca el apoyo a las prioridades de los países miembros y la colaboración con los objetivos estratégicos de España en materia de cooperación e inversiones en los países en desarrollo.
¿Cuál sería el reto u objetivo más importante que te planteas para tu mandato?
El objetivo más importante para todo el mandato es adaptar el Instituto a las nuevas necesidades de los países miembros y de las autoridades españolas. Esto implica optimizar el uso de los recursos y centrarse en los objetivos de la organización, que en la actualidad están focalizadas en su plan estratégico y en la acreditación por parte de la Comisión Europea para participar en sus proyectos de cooperación de forma delegada.
Adicionalmente, en el corto plazo, los objetivos son completar la transformación de la actividad de formación a un modelo digital que asegure su continuidad en cualquier escenario, y convertir las instalaciones en espacios seguros para la salud, confortables y energéticamente eficientes en el marco del nuevo paradigma de edificio inteligente.

Formación, transferencia, cooperación. ¿A qué retos se enfrenta el sector agrario en el Mediterráneo?
La situación en el Mediterráneo es muy diversa. En general, todos los países ribereños comparten su vulnerabilidad al cambio climático, la fragilidad de sus recursos naturales, la necesidad de promover un desarrollo alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y la pérdida de vitalidad de las zonas rurales.
Adicionalmente, los países del sur y del este del Mediterráneo tienen que hacer frente a problemas de inseguridad alimentaria y nutricional, de desarrollo tecnológico y organizativo, y de pobreza, agravados por la crisis.
Nuestra organización, como problemas compartidos de todos los países miembros, ha identificado la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, la fragilidad de las zonas costeras, el aprovechamiento de los recursos marinos y la situación de las mujeres y los jóvenes en las zonas rurales.
¿Y en España?
En el caso de España, además de los ya mencionados, son graves los problemas de rentabilidad, relevo generacional, reestructuración e inserción de los pequeños y medianos agricultores en las cadenas de valor; disponibilidad, formación y capacitación de la mano de obra y, en algunos sectores, de innovación.
La situación actual de pandemia, ¿va a cambiar en algo los cimientos del sector? ¿Será necesario un impulso de la formación y la investigación para superar este tipo de retos inesperados que puedan ocurrir en el futuro?
La pandemia del coronavirus está cambiando la percepción social y política del sistema agroalimentario. Desgraciadamente, ha hecho falta una crisis dramática, sin precedentes en las últimas décadas, para que muchos ciudadanos y responsables de gestión de entidades públicas y privadas comiencen a asumir las consecuencias de su naturaleza estratégica.
En este sentido, esta crisis va a intensificar los esfuerzos para aumentar el conocimiento científico y tecnológico sobre la producción segura de alimentos y las herramientas de gestión de riesgos para evitar los problemas de inseguridad alimentaria.
Todo esto exige un aumento de las capacidades formativas de los futuros técnicos del sector agroalimentario, así como un mayor énfasis en su actitudes profesionales para liderar y gestionar los importantes cambios tecnológicos y organizativos que se van a suceder en las próximas décadas.
Con pandemia o sin ella, alimentar a la población es en sí un reto y más en la sociedad en la que vivimos, tan acelerada y cambiante. ¿Cómo se afronta este reto desde el CIHEAM-Zaragoza?
El CIHEAM tiene entre sus objetivos fundacionales, que datan de los años sesenta, el reto de contribuir al desarrollo agroalimentario de los países mediterráneos, lo que incluye garantizar la seguridad alimentaria. Aunque las cosas han cambiado mucho en estas décadas, el problema de la alimentación y la nutrición sigue siendo una asignatura pendiente. El CIHEAM es consciente de este problema, y está en un esfuerzo permanente de adaptación a las nuevas circunstancias, lo que se refleja, por ejemplo, en su Plan Estratégico 2025.
¿Qué actividades de transferencia y cooperación en el Mediterráneo se van a llevar a cabo desde este organismo?
Hasta la fecha, las actividades de la sede de España, en Zaragoza, han estado muy centradas en la cooperación vía formación y proyectos de investigación. A través del diseño de programas muy especializados y de una política ambiciosa de becas el Instituto ha contribuido a la formación de capital humano en beneficio de los países menos desarrollados.
En el futuro es necesario completar estas actividades con la participación en proyectos de cooperación agroalimentario en aquellos países con más dificultades de desarrollo, en particular en el área mediterránea y en toda África.
¿Qué tipo de actividades y servicios se ofrece a los estudiantes?
Desde el punto de vista de la formación, el instituto ofrece Másteres y cursos avanzados. Los Másteres son de 120 créditos y se imparten durante dos cursos. Algunos son ofertados única y exclusivamente por el Instituto -bajo un sistema de reconocimiento oficial de equivalencia a los másteres universitarios españoles- y otros en colaboración con otras entidades universitarias. Los cursos avanzados son cursos cortos, cuya duración oscila entre una y dos semanas, dirigidos a profesionales, que abordan temas de máxima actualidad y gran impacto tecnológico, social o económico.
En toda esta actividad formativa es muy importante la gestión de becas concedidas a los alumnos con buenos expedientes, tanto aquellas financiadas con fondos propios como aquellas concedidas por otras entidades que confían en las capacidades de cooperación del Instituto.
Finalmente, desde el Instituto se acompaña y se atienden todas las necesidades logísticas y administrativas del estudiante. Queremos que su experiencia en Zaragoza sea excelente en todos los niveles, y que sus esfuerzos puedan centrarse en las tareas de más valor y aprovechamiento personal.
¿Qué estudiantes pueden optar a estas actividades?
El CIHEAM dirige su oferta formativa a estudiantes de todo el mundo, aunque tienen preferencia los alumnos de los países miembros de la organización. En cuanto a requisitos, tanto los Másteres como los cursos avanzados están diseñados para alumnos con títulos universitarios. Esto hace del Instituto un espacio único de encuentro internacional y multicultural en el que se forman los futuros responsables de los sistemas alimentarios nacionales e internacionales.
Un estudiante formado en este organismo, ¿qué ventaja competitiva obtiene?
Completamos la oferta formativa de los países miembros con programas modularizados que permiten a los estudiantes estar a la vanguardia en su sector de especialización. Lo hacemos gracias a nuestra sistema abierto de profesorado flexible, nuestras redes globales de investigación y nuestro equipo interno de traducción e interpretación en tres idiomas -español, francés e inglés-.
Esto permite a nuestro Instituto de Zaragoza adaptar con relativa facilidad su oferta formativa, tanto a las necesidades de los países miembros como a las de otros muchos países, cuyos alumnos tienen también abiertas las puerta de nuestra organización. Un estudiante CIHEAM tiene la garantía de estar formado por los mejores profesores y en los programas más avanzados.
Adicionalmente, los alumnos del CIHEAM crean en nuestras actividades lazos personales estrechos que, con el tiempo, se convierten en un importante capital relacional de valor internacional.
Existe un espíritu CIHEAM que genera redes y vínculos sólidos entre personas de diferentes culturas que comparten un espacio, una historia y un proyecto de futuro. La educación en valores comunes, orientada al mundo de la agroalimentación, es una condición necesaria para un mundo más próspero y más equilibrado.