El sector agrario valenciano y español estaba en plena guerra reivindicativa ante la dejadez de la clase política a la hora de solucionar la crisis estructural de los agricultores y ganaderos. Justo antes de la declaración del estado de alarma, el sector recorría las calles y carreteras de toda España en una ola de manifestaciones que contaba con la aceptación social y una extraordinaria repercusión mediática. Con la llegada del Covid-19, las organizaciones agrarias suspendimos todos los actos reivindicativos, en un acto ejemplar de responsabilidad y sentido común, a pesar de la extrema gravedad de la situación.
La pandemia ha servido para recordar que este sector constituye una pieza fundamental en el engranaje de la sociedad, puesto que garantiza el suministro de una alimentación en cantidad y calidad a toda la población. Considerada, como no podía ser de otro modo, como una actividad esencial en el estado de alarma, la agricultura no ha parado y ha seguido al pie del cañón.
Sin embargo, desde los primeros días hubo mucha incertidumbre, confusión e incluso malestar entre los productores por una serie de cuestiones, tales como los desplazamientos, la acreditación requerida en los controles, la autorización de los mercados ambulantes, la quema de restos agrícolas, la escasez de mano de obra especializada o los daños de la fauna salvaje, principalmente de conejos y jabalíes, que se han disparado por la suspensión de la caza. Sobre este último punto, cabe destacar, por ejemplo, los perjuicios en los brotes verdes de los viñedos que pone en peligro la próxima cosecha.
En consecuencia, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) no ha dejado de trabajar durante la crisis del Covid-19 para asesorar a los agricultores y ganaderos valencianos sobre las nuevas normas a seguir, trasladarse a las administraciones con el objeto de que aclararan las dudas planteadas y defender los intereses de los sectores agrarios más afectados por la coyuntura.
El sector ha demostrado, además, su solidaridad y compromiso social al colaborar en las tareas de desinfección de los diferentes municipios prestando sus tractores y formación en el uso de productos fitosanitarios y prevención de riesgos laborales. En colaboración con la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, AVA-ASAJA ha coordinado a sus delegados en decenas de localidades donde se nos ha solicitado ayuda para llevar a cabo dichas tareas. Incluso el sector ha participado en donaciones de alimentos destinadas a las personas que viven en situación de vulnerabilidad.
El cierre del canal HORECA (restauración, hostelería, etc.) ha paralizado la venta de productos que iban destinados principalmente a estos establecimientos y que supondrán grandes pérdidas para los agricultores y ganaderos. Los sectores más perjudicados han sido las hortalizas, la ganadería de ovino-caprino y la floricultura. Lamentablemente, no todos los productores han podido vender sus cosechas, y algunos han recibido precios de ruina, puesto que, al mismo tiempo, una parte importante de la distribución de forma insolidaria ha primado en algunas ocasiones alimentos foráneos, como es el caso de la cebolla.
Por este motivo, desde la asociación reivindicamos la apuesta por nuestros productos y que se tenga en cuenta la agricultura y la ganadería, profesiones que han sido desprestigiadas en las últimas décadas, pero que, sin embargo, constituyen una parte vital de nuestra economía. Necesitamos que nuestros gobernantes se impliquen de lleno en recuperar un sector estratégico, que cada vez está más envejecido debido a la falta de rentabilidad. Para ello, AVA-ASAJA reclama políticas con propuestas y presupuestos concretos encaminadas a asegurar unos precios dignos para los agricultores y ganaderos valencianos. Echamos de menos una verdadera ayuda fiscal por la situación pasada y presente del campo. La PAC debe tener más en cuenta la agricultura mediterránea, de manera que la Unión Europea no la utilice como moneda de cambio en la firma de acuerdos comerciales con terceros países. Y, en definitiva, cabe reforzar este sector para salir de esta crisis más unidos.
Hasta la fecha las administraciones no han ofrecido una respuesta satisfactoria para solucionar todos estos problemas. Ahora es el momento de escuchar a políticos del nivel de Emmanuel Macron en Francia, que plantea la importancia de garantizar la soberanía alimentaria de cada país para poder enfrentarnos a crisis como esta en el futuro. Nuestra alimentación no puede depender cada vez más de países terceros y es imprescindible cambiar la tendencia. Las crisis siempre suponen un antes y un después, una reflexión, un cambio de paradigma. Hemos aprendido a distinguir lo que es importante, lo que es esencial, esperemos que los políticos también lo hayan aprendido y sean coherentes con sus palabras cuando afirman que el sector agrario es estratégico.
Cristóbal Aguado Laza
Presidente de AVA-ASAJA