La sociedad aplaude cada día a diferentes colectivos como los sanitarios, personal de los supermercados, policías, personal de limpieza… Son muchos los colectivos que merecen y han recibido un aplauso estos días y yo, desde la Escuela y como director, me sumo a todos esos aplausos, pero quiero destacar especialmente el dedicado al sector agroalimentario. 

Me gustaría que ese aplauso continúe cuando esta situación que estamos viviendo termine. Me gustaría que este aplauso sirva para concienciar de la importancia de un sector que nos provee de lo más importante y necesario para la vida como es el alimento y para el que, paradójicamente, no corren buenos tiempos.

Quizá en momentos tan duros como los que estamos viviendo es cuando comprendemos que sin los agricultores y ganaderos junto con todas las profesiones técnicas relacionadas con la producción de la alimentación, no podemos vivir. 

Pero nuestro compromiso con el sector no nace hoy. Nuestro compromiso, que ahora es más firme que nunca, comenzó hace 60 años, con la fundación de nuestra Escuela. Precisamente, en el año en que estamos celebrando nuestro 60 aniversario se hace mucho más patente la importancia de formar profesionales que salgan de estas aulas siendo excelentes profesionales y personas conscientes de su responsabilidad en esta sociedad.

Ya no basta con formar a los profesionales del futuro porque el presente nos ha pisado los talones. Hoy, juntos, debemos afrontar el reto de poner en valor al sector agroalimentario como el más importante de toda la sociedad globalizada en la que vivimos. 

El futuro es ahora. Porque es ahora cuando el sector necesita profesionales cualificados, formados desde la excelencia, con aptitudes y actitudes que solucionen de manera rápida, eficaz y eficiente cualquier reto que la vida imponga. Y a la vista está que los cambios que ahora comienzan no serán asumibles sin profesionales técnicos altamente capacitados para hacer su trabajo. 

Y por ello, además del constante diálogo y colaboración con los agentes implicados en el sector, hoy más que nunca, nos comprometemos a seguir formando profesionales que incluso antes de terminar sus estudios estén preparados para cumplir su función, a través de las prácticas en empresa.

Para ello, no perderemos de vista los objetivos que se marcó el equipo de Dirección de la Escuela al inicio de este mandato, manteniendo abierto nuestro espacio a todos los agentes y todas las voces implicadas en el amplio ámbito de la ingeniería agroalimentaria.

Profesores e investigadores, personal de administración y servicios, y alumnado de nuestra Escuela, con el soporte de la Universitat Politècnica de València, nos hemos adaptado a las nuevas circunstancias de manera rápida y eficaz, ofreciendo a través de la docencia online la misma calidad formativa de siempre.

Pero esto ya no basta. Es momento de pasar a la acción. Como lo hicieron antes con su ejemplo personas ilustres como uno de los principales impulsores de nuestra Escuela, el profesor Eduardo Primo Yúfera, que siempre, en el desempeño de su labor investigadora y docente llevó como bandera el amor a la ciencia. Una pasión que compartió con todos sus alumnos. Tanto el tiempo que él vivió como el que estamos viviendo nosotros, son tiempos de cambio, de revolución, de adaptarse. Y ello nos lleva a pensar que son tiempos difíciles. Pero prefiero penar que son tiempos de oportunidad, de ocupar el lugar que el sector merece, de colaborar, de compartir, de comprender. 

Nuestra Escuela ha sido desde su creación un punto de encuentro para los diferentes agentes del sector agroalimentario, un lugar para abanderar la investigación y una cantera de profesionales. Y así seguirá siendo.

Alberto San Bautista
Director EAMN