Trabajar en equipo, hacer un plan de empresa, hablar en público… son solo algunas de las cosas que han aprendido los miembros de equipo HopeYou en su paso por la fase final nacional de Ecotrophèlia 2018.
HopeYou presentó su producto Umitaste que consiste en papel de sushi elaborado con microalgas -spirulina y chlorella- que aportan más color y sabor.
Este equipo de estudiantes está formado por Álvaro Forquet, Ana Noguerol y Zaida Uribe, alumnos de nuestra Escuela y Guillermo de Castro, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño, coordinados por los profesores e investigadores Purificación García, Javier Martínez y María Jesús Pagán
Ana Noguerol, portavoz del grupo, nos cuenta cómo ha sido su experiencia en Ecotrophèlia.
¿Por qué habéis participado en Ecotrophèlia España 2018?
Los profesores nos motivaron y vimos muy interesante crear un modelo de negocio, ya que esta experiencia puede ser muy útil si deseas emprender al acabar los estudios.
¿Qué producto habéis presentado?
Hemos elegido un producto que ya estaba trabajando Álvaro para su TFG. Se trata de unas obleas elaboradas con microalgas, en concreto con spirulina y chlorella, destinadas a preparar nuevos sushis, con más color y sabor.
La elaboración de estas obleas es sencilla: basta con mezclar las microalgas con metilcelulosa y agua y, posteriormente, se refrigera. Finalmente, se lleva a cabo primero un presecado, y seguidamente un secado para terminar de eliminar el agua del producto.
¿Cuál es la diferencia entre estas microalgas y las que se utilizan actualmente?
Ahora se utiliza alga nori tostada y secada. Pero las microalgas que proponemos nosotros tienen un alto valor proteico y nutrientes, ya que contienen vitaminas, minerales y omega3.
Son microalgas que se están empezando a utilizar ya entre los consumidores veganos como suplemento alimenticio y nuestra propuesta es utilizarlos en los alimentos, en este caso en el sushi.
¿Cuál ha sido la principal innovación de vuestro proyecto?
Nuestra innovación ha consistido, sobre todo, en el modelo de negocio, ya que obteníamos la financiación necesaria para lanzar el producto a través de crowdfunding.
¿Qué habéis aprendido en Ecoptrophèlia?
Sobre todo, a desarrollar un modelo de negocio. Hemos visto otras ideas, otras maneras de hacer las cosas y algo muy importante es que los miembros del jurado son profesionales de empresas, que te dan un punto de vista real de si tu producto podría ser viable o no.
También hemos aprendido a trabajar en grupo entre personas de la misma rama y de otras diferentes, como en este caso, el diseño del producto.
¿El jurado os dio algún consejo para mejorar vuestro producto?
Sí, nos dijeron que trabajemos en mejorar el sabor y la textura, ya que el precio sí que es competitivo y podría ser un producto comercializable.
¿Recomiendas a otros compañeros participar en Ecotrophèlia o concursos similares?
Sí. Lo más importante de todo esto es lo que aprendes tanto mientras estás desarrollando tu proyecto como una vez allí. A la hora de emprender o buscar un trabajo, te da una visión que no tienes antes de trabajar en un proyecto así, mucho más real del mundo profesional.
Además, te enriquece la interdisciplinariedad, al trabajar con gente de otra escuela.