Llega una nueva edición de los Premios Ecotrophelia España, convocados por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas  (FIAB), con el objetivo de encontrar entre las futuras jóvenes promesas de la industria de alimentación y bebidas, el producto alimentario innovador de 2017. Fundación Alicia volverá a acoger el 22 de mayo la final de Ecotrophelia España, concurso en el que un equipo de nuestra Escuela participa cada año con mucho éxito.

Hablamos con Concha Ávila, del departamento de Innovación y Tecnología de FIAB.

Ecotrophelia España ofrece a estudiantes de grado y escuelas técnicas la oportunidad de materializar la creación de un nuevo producto alimentario. ¿Por qué deben los alumnos aprovechar esta oportunidad que les brinda FIAB? 

Una de las prioridades de FIAB es atraer al mejor talento a las filas de la industria de alimentación y bebidas. Con este objetivo, Ecotrophelia se presenta como un perfecto puente entre la universidad y el sector, una oportunidad real de aportar con sus creaciones a la innovación en alimentación y bebidas y de tomar contacto con profesionales especializados del sector que les aconsejan en todo momento sobre la mejor manera de abordar el salto a la Industria.

¿Cuál es el mayor beneficio que van a poder tener los estudiantes que participen en esta experiencia? 

La experiencia de hacer real su propia creación, compartir conocimiento y aprender de los expertos industriales que conforman el jurado y de los otros equipos competidores a nivel nacional y europeo. Además, desde FIAB impulsamos la promoción de sus proyectos, un escaparate de gran valor ante la Industria de cara a una posible futura comercialización de sus productos por profesionales especializados que buscan nuevo talento.

tecnología de los alimentos

Concha Ávila, de FIAB, anima a los estudiantes a participar en el concurso Ecotrophelia España.

Esta es la VIII edición de este concurso. ¿Qué destacaría de estos ocho años de innovación desde las universidades?

Ha sido muy llamativo el incremento de universidades participantes en estos ocho años. La implicación cada vez más proactiva de los centros y el alto nivel de innovación y compromiso en los trabajos presentados que cada año van demostrando los estudiantes es sin duda un gran valor a destacar de Ecotrophelia.

La participación en este concurso, ¿ayuda a los estudiantes a enfrentarse al mundo profesional de una manera más competitiva?

Por supuesto. Sobre todo tienen la oportunidad de plasmar de manera real una idea innovadora para la que han recibido una formación previa. Ser evaluados y enfrentarse a otros equipos que también buscan el éxito son aspectos en el día a día del entorno profesional.

Ecotrophelia es un concurso internacional, ¿Qué nivel tienen los concursantes españoles frente a otros países? ¿De qué país suelen ser los estudiantes más creativos?  

La participación española es muy valorada a nivel europeo. En la mayoría de ediciones suelen situarse entre los cinco primeros clasificados, siendo premiados en ocasiones con los galardones especiales a la innovación, lo cual demuestra el alto nivel del que parte su creatividad.

En ocasiones, el aspecto que el jurado ha tenido en cuenta para decidir el equipo ganador no se ha basado en la creatividad, sino en la coherencia del producto final. Hay que considerar que Ecotrophelia busca la inclusión de nuevos productos que aporten valor a los procesos innovadores de las empresas, pero también buscan una propuesta sólida como producto  innovador  listo para ser comercializado.

¿Alguno de los productos ganadores de Ecotrophelia España han llegado a ser comercializados?  

En España hemos logrado impulsar dos de los productos presentados en Ecotrophelia. Desde la Universidad de Zaragoza, presentaron las chiretas, producto local de Aragón, en el que la innovación se encontraba en el envasado alargando la vida útil del producto y ahora este producto está comercializado a nivel nacional gracias a este nuevo proceso. También en 2010 un grupo de estudiantes presentó Speriens. Esta bebida a base de zumo de naranja fermentado ya ha sido patentada a la espera de ser comercializado.

Desde FIAB trabajamos para alcanzar un mayor grado de penetración en el mercado de estos productos, una labor que año tras año es más intensa y que estrecha aún más los lazos entre Universidad e Industria.